
Este fenómeno, junto al exceso de nutrientes (en su mayoría nitrógeno), provocado por el vertido de fertilizantes agrícolas y residuos, contribuye al incremento en mares y océanos de las denominadas "zonas muertas". Aquí, los bajos niveles de oxígeno extreman las condiciones de vida para la gran mayoría de especies marinas.
Además de la calcificación, la acidificación podría provocar diversos efectos negativos directos en la fisiología y reproducción de los seres vivos, como por ejemplo hipercapnia (presencia excesiva de CO2 en los fluidos corporales). Otras consecuencias podrían ser más indirectas, pero no menos preocupantes, como el descenso de los recursos alimenticios o la destrucción del hábitat de ciertas especies, como las que viven en los arrecifes de coral...
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